Blog de Mariangel Coghlan

Mi postura frente al 9 de marzo

Nací mujer y siempre me he sentido bendecida y orgullosa de serlo. Reconozco las diferencias claras y evidentes que existen entre los sexos y agradezco la posibilidad que esto nos brinda para complementarnos.

He tenido la fortuna de vivir rodeada de amor y cariño; he observado desde pequeña cómo los hombres tratan bien a las mujeres y viceversa; nadie me ha impedido alcanzar mis sueños y, por el contrario, me han impulsado a ir tras ellos. Me siento sumamente agradecida por el ambiente de respeto en el que me he podido desarrollar y siempre he buscado que mis hijas crezcan en un ambiente seguro.

Sin embargo, no estoy ajena a los acontecimientos que están ocurriendo actualmente. Me causa una gran tristeza la violencia que impera en nuestro querido México. De ningún modo puedo permanecer indiferente a la cantidad de asesinatos ocurridos tanto a hombres como a mujeres en este país.

Como ciudadana, como profesionista, como esposa y como madre de cuatro hijos, me preocupa la situación y lo que mis pequeños absorben de los acontecimientos. No me agrada nada, y mucho menos me parece razonable, que se tome a la ligera el cruel asesinato de una pequeña niña de siete años y la escalofriante cantidad de mujeres que han perdido la vida de una manera cruel e injusta, sin contar a todas las niñas que son asesinadas antes de nacer.

Algo está realmente muy mal y no podemos quedarnos como si no ocurriera nada. El hecho de que ser mujer implique, en ocasiones, un riesgo público es verdaderamente lamentable. Hemos perdido unos valores fundamentales: el de la libertad de tránsito y la libertad de “ser”. 

El próximo lunes 9 de marzo “un día sin mujeres” se nos presenta una valiosa oportunidad de alzar la voz de una manera pacífica, expresar nuestra inconformidad y solidarizarnos con todos los feminicidios que lamentablemente han ocurrido en nuestro país.

En la firma de diseño que dirijo, una de las cuestiones más importantes y de atención fundamental para mí y para nuestro equipo creativo, es el bienestar y seguridad de todos. Por eso hemos decidido sumarnos a la protesta y no acudir a trabajar; es una pequeña acción que realizada por muchas puede ser un gran punto de partida para el cambio que esperamos. 

Es un buen momento para reflexionar lo que implica ser mujer. Dedicaré tiempo a conversar con mis hijas y, por supuesto, también con mis hijos. Entiendo la gran responsabilidad que tenemos como padres para educar en el amor y el respeto entre unos y otros.

Soy una optimista y no dejo de soñar que un día mi madre, mis hijas, mis hermanas, mis amigas y todas las mujeres, podamos caminar por la calle con la cara erguida, sin la preocupación de ser agredidas verbalmente y, mucho menos, sin el pavor de ser violentadas físicamente, secuestradas, asesinadas.

Estoy segura que ese México que soñamos, por el que luchamos todos los días para compartir con los seres que amamos y el que deseamos dejar a las futuras generaciones, con el apoyo de todos los hombres que nos quieren y respetan, y el de toda la sociedad civil, se hará posible…

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